PIA.- Mientras mantiene la invasión militar en República Centroafricana, el gobierno de Francia anunció que “reorganizará” sus tropas en el Sahel para retornar con mayor cantidad de soldados al norte de Mali. También criticó a la Misión de la ONU en la región – MINUSMA- por su escaso despliegue. A su vez, negocia con Níger la instalación de nuevas bases militares.
La semana pasada el ministro de Defensa de Francia, Yves Le Drian, anunció que reforzarían una vez más sus tropas en Mali, bajo el argumento del “resurgimiento de grupos terroristas”. Para justificar la maniobra bélica, sostuvo que la Misión de la ONU, MINUSMA, sólo había desplegado el 22 por ciento de su capacidad operativa y ello había redundado en un escenario de creciente violencia en el norte del país africano.
La Operación Serval inició de modo oficial en enero del año 2013 con el aval del Consejo de Seguridad de la ONU como parte de la recolonización del continente y de inmediato obtuvo el respaldo político, económico y logístico de países y organizaciones como Estados Unidos, España, Alemania, Canadá y la Unión Europea.
En febrero de este año se conformó una Brigada Franco-Alemana que también reforzó las tropas en Mali, tal como lo anunciaron de modo conjunto la canciller Ángela Merkel y el presidente Francois Hollande.
En el mes de julio, Le Drian informó que la invasión en Mali concluiría luego de cumplir su objetivo de “destruir los arsenales de armas de numerosos terroristas”. Incluso ya no cuenta a Serval entre sus operaciones vigentes, pese a la permanencia militar “para tratar de evitar que los yihadistas vuelvan a hacerse fuertes”, argumentó. Desde entonces, los argumentos de los europeos fueron mutando para justificar la permanencia de la colonización y expandirla a otros territorios.
Un año después le apuntó a un nuevo frente: lanzó la Operación Sangaris en República Centroafricana (RCA) que llegó a tener dos mil soldados. Luego, la Unión Europea creó la EUFOR-RCA, que obtuvo un presupuesto de 25 millones 900 mil euros y mil efectivos. Finalmente, en septiembre entró en vigencia la misión militar del Consejo de Seguridad de la ONU en ese país, que prevé la ocupación con 10 mil soldados.
Por su parte, la Operación Barkhane es la que nuclea más de 3 mil soldados concentrados en Mali, Chad y Níger, con “el apoyo de 20 helicópteros, 200 vehículos blindados, 10 de transporte táctico y estratégico, seis aviones de combate y tres aviones no tripulados”, tal como informó Le Drian meses atrás.
Puntualmente Níger es una de las regiones más codiciadas por Francia por sus minas de uranio controladas por la compañía estatal de energía nuclear Areva. El óxido de uranio concentrado producido en base al mineral de uranio se usa como combustible para los reactores nucleares de Francia, los que aportan cerca del 75 por ciento de la electricidad del país europeo. Allí avanza en la instalación de una base militar que también le permita control sobre Mali y Libia.
